Carmelo junto a Alex Coello, participante del proyecto, ambos en sesión de creación de personajes y guión. (Fase Creo I) |
Mi contacto con los usuarios/as del C.R.P.S Latina (Grupo 5) vino
de la mano del teatro, allí pudimos ver en el mejor de los entornos, un amplio
grupo de residentes de diferentes contexturas en lo que a la enfermedad se
refiere, y la impresión fue tan grande, que ya no pude despegarme de ellos.
El
cariño que se hacen tener a fuerza del que
tienen, es algo que sobrepasaba mis expectativas. Es obvio que su
sufrimiento está a flor de piel, en ocasiones sale de la piel, pero yo nunca he
visto violencia. Yo nunca la he visto. Puede que exista, no lo dudo, pero yo
nunca la he visto más que en la tele. Solo se despierta en mi la sensación de
ayudar porque haciéndolo me ayudo.
Hacíamos
una función de teatro que versa sobre personas con enfermedad mental, o como se
quiera llamar, que en esto de los nombres nunca hay quórum. Lo mas difícil para
mi era, y sigue siéndolo, estar a la altura de la verdad, de la realidad y que
esa realidad sirva para algo. Es decir mostrar para curar. Lo primero que a
diario me pregunto antes de entrar a escena es: ¿dónde está el dolor?, ¿cuál es
la salida?, ¿en qué se parece esto a lo que vivo a diario?. Estas preguntas,
afortunadamente, para un actor, siguen sin respuesta, y eso es lo que me
mantiene expectante.
Esa
expectación me pone en marcha y empiezo a trabajar en el centro, haciendo lo
poco que yo puedo hacer. Nunca he estudiado psicología, ni medicina, pero
siempre he estado en contacto directo con los problemas, traumas, esperanzas,
amor, dolor, miedo, odio, desesperanza…, ese largo etcétera que nos conforma o
esa nave en la que remamos hasta el fin.
Carmelo junto a Alex Coello (participante) y María Salazar ( Grupo 5) . |
Esta
es pues la razón por la que me dispongo a trabajar, sin saber qué puedo hacer,
no obstante, me pongo a las órdenes de los profesionales del centro y emprendo
una aventura de cine…: es decir; durante unos meses coqueteamos con el cine,
visionando películas y comentándolas luego… les hablo de mis experiencias en el
trabajo y mi concepción de las cosas en este campo, y la aceptación por su
parte fue buena. Por todo ello, y pasados unos meses más, surge este proyecto
de la mano de otro profesional que ya había tenido una experiencia parecida y
decidimos emprender esta nueva travesía.
Carmelo, franqueado por Raúl Moreno ( promotor proyecto) y Sergio Aguinaga ( Asociación HAZ ), en la entrega del I Premio a proyectos inclusivos de Fundación Universia. |
Y
aquí está… consiste en “hacer”…. cine, hacer ficción, que se inventen
historias, para que esas historias expliquen sus vidas. La ficción alberga más
secretos vitales que la propia realidad, porque aquella "farsea" y esta es "farseada", metamorfoseada y la miramos
a los ojos. Siempre he creído que la vida no es vida sin un cuento que la
ordene. Siempre he creído que un ser pleno es el que experimenta simpatía por
lo que le rodea. No sólo compasión por los que sufren, sino también el gozo que
se experimenta al ver la felicidad de los demás. Los demás son nuestro espejo y
la calidad de estos es la calidad de nuestra vida.
El
artista, el creador, es aquel que cree absolutamente en sí mismo y que quiere a
los demás. Y esta premisa, es necesario que sea entendida por personas que
viven una tremenda negación de sí mismos y que se sienten a menudo rechazados
por el entorno. Si puedo inocularé este sentimiento a través del trabajo, sin
proselitismo ni terapia, para ello afrontamos este proyecto de corto en corto,
con la gente. Largo me lo fiáis querido Sancho…. Pero allá vamos.
Texto de apoyo al proyecto "Creo, lo creo y no me corto": Carmelo Gómez, es actor y productor de cine y teatro. Junto con Raúl Moreno es promotor del proyecto "Creo, lo creo y no me corto" y asesor en interpretación.