Todo empezó con un final, el del proyecto Latitud. En la terraza de la sede de Haz fue la primera vez que oí acerca de “Creo, lo creo y no me corto”; tenía sentido, porque se trataba de ir más allá con el concepto e incluir a todos los participantes desde el principio del proyecto.
Ana Tomeo - Formadora de sonido |
Otros meses después esas ideas se grabaron en lo que suele ser un rodaje: cafés, silencio, algún grito, algún “no nos va a dar tiempo” y muchos buenos momentos.
Ya sólo queda la última parte, esa en la que un par de personas se encierran durante horas enfrente de un ordenador –más conocida como postproducción-.
Y, por supuesto, el estreno y la fiesta, el reencuentro para celebrar que todo ha salido adelante y para esperar que el ciclo vuelva a empezar.
Escrito por: Ana Tomeo, es la responsable de sonido del proyecto "creo, lo creo y no me corto"
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